Una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades como la diabetes, las cardiopatías, obesidad, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.
Los hábitos alimentarios sanos comienzan en los primeros años de vida. Para tener una alimentación nutritiva y saludable sigue los siguientes consejos:
Incluir verduras en todas las comidas;
Comer frutas frescas y verduras crudas como aperitivos (pepino, zanahoria rallada, jícama, etc;
Comer frutas y verduras frescas de temporada;
Disminuye el consumo de grasas:
Separando la parte grasa de la carne; utilizando aceites vegetales (de origen no animal); cociendo los alimentos o cocinándolos al vapor o al horno, en lugar de freírlos;
Evitando el consumo de alimentos procesados que contengan grasas de tipo trans (comida chatarra);
Reduciendo el consumo de alimentos con un contenido alto en grasas saturadas (por ejemplo, queso, helados, carnes grasas).
Disminuye el consumo de sal:
No añadiendo sal, salsa de soja o salsa de pescado al preparar los alimentos;
No poniendo sal en la mesa;
Reduciendo el consumo de aperitivos salados;
Eligiendo productos con menos contenido en sodio.
Disminuye el consumo de azúcar:
Limitando el consumo de alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar (por ejemplo, bebidas azucaradas, refrescos,
aperitivos azucarados y golosinas); y
comiendo frutas y verduras crudas en lugar de aperitivos azucarados.
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